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Arquitectos: EFEEME arquitectos
- Área: 54 m²
- Año: 2019
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Fotografías:Gonzalo Viramonte
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La oportunidad de abordar el proyecto de la Inmobiliaria Giasa surge cuando sus socios, ya activos en el negocio en ese momento, plantean la necesidad de contar con un espacio físico donde desarrollar su tarea.
Los requerimientos básicos del rubro son: espacio para realizar actividades como reuniones, atención a los clientes, tareas administrativas y gestiones. El reto más sustancial de este proyecto fue, además de dar respuesta a este programa, potenciar el negocio a través de una "vidriera" que lo presentara ante la ciudad como un punto de atracción hacia nuevas oportunidades. El local está ubicado en una esquina sobre una de las arterias viales de ingreso a la ciudad más transitadas. Esta condición se aprovechó para darle visibilidad a la intervención desde distintos ángulos y en diferentes horarios del día.
Los paneles que conforman el volumen de la esquina, que puede ser apreciado tanto por los peatones como por los conductores de vehículos, permiten abordar la fachada desde ambas calles y también en forma diagonal. Para lograr su óptima visibilidad, la geometría de la esquina "sobrevuela" el espacio público de la vereda y avanza sobre la línea donde termina la edificación. Las curvaturas de este volumen trasladan hacia el exterior el movimiento que se genera con los paneles que organizan la planta baja. La iluminación exterior permanece encendida y se convierte en "faro" cuando cesa la luz del día.
A través de un dispositivo único se organizan los diversos sectores funcionales (ingreso, espera, recepción, archivo y consultas) en planta baja, a la vez que se guía el movimiento de personas y se compone el mobiliario. El espacio para la sala de reuniones se reserva para la planta superior, donde es posible encontrar el aislamiento acústico necesario.
La estrategia de utilizar un material ampliamente conocido en el rubro de la arquitectura de manera completamente renovada ofrece amplias posibilidades. Lo cotidiano se transforma en innovador cuando una chapa "acanalada" (metálica o plástica) aparece utilizada en forma vertical, en contraposición a su horizontalidad tradicional. El proyecto se apropia de su textura y su flexibilidad para crear curvaturas y, al mismo tiempo, acentuar la dirección de sus líneas. Se trabaja tanto en el exterior (con paneles opacos) como en el interior, donde se combinan paneles translúcidos y transparentes que proporcionan diversas condiciones de aislamiento visual según el caso.
Este material, utilizado como envolvente del dispositivo central, está sostenido por una estructura conformada por guías metálicas que, ancladas al cielorraso y al piso, le otorgan rigidez a la forma. La estética minimalista se manifiesta en la pureza del color blanco de casi todos los elementos, y en el contraste con el color negro de las superficies horizontales de apoyo. Así, se logra un resultado con nula saturación visual, pero con impulso estético y formal. La calidez y el color lo aportan las plantas naturales que se ubican en el contorno de todo el sector vidriado de la fachada en la parte interna del salón.